DECARBOFARM está estudiando y desarrollando sistemas productivos más eficientes, resilientes a los efectos del cambio climático, y además que ayuden a paliar los efectos de este cambio por actuar como auténticos sumideros de CO2.
DECARBOFARM investiga como aumentar la sostenibilidad y resiliencia del cultivo de tomate que permita contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático. Utilizando esta especie de alto valor económico como modelo, se trabaja en mejorar el cultivo frente a condiciones de estrés biótico como el ataque de patógenos y/o estrés abiótico como aumento de la temperatura, déficit hídrico y nutricional, salinidad o pérdida de fertilidad de nuestros suelos, todos ellos exacerbados por el cambio climático.
En concreto, se presenta un sistema de producción sostenible mediante el empleo de nuevos bioproductos, microorganismos beneficiosos y portainjertos adaptados a estos estreses. Prima el mantenimiento o aumento de los rendimientos de cosecha y calidad, pero con un impacto global menor.
El sistema propuesto será más eficiente minimizando las emisiones de gases de efecto invernadero al reducir el uso de insumos como agua, fertilizantes y fitosanitarios. Se estudia la introducción e hibridación de diferentes especies de planta de tomate tanto autóctonas/tradicionales como silvestres para aumentar y recuperar la biodiversidad. En este sentido se espera obtener una mejora del balance de CO2, aumentando su fijación en la planta y en el contenido de carbono biogénico en el suelo. El proyecto tiene una visión global, se aborda desde tres perspectivas complementarias y sinérgicas llevadas a cabo por cuatro empresas: HAUSMANN, TECNICROP, UNIGENIA y SICOP en colaboración con dos OPIS: CEBAS-CSIC en el que participan 3 grupos con abordajes complementarios y multidisciplinares y la Universidad Politécnica de Valencia